¿Necesitas saber qué es una disertación?
Si tienes que realizar una disertación, pero jamás en tu vida habías escuchado sobre este tipo de trabajo académico, ¡sigue leyendo! En este post te explicaremos qué es, para qué sirve y los pasos para hacerla.
Disertación: lo qué es y para lo qué sirve
Se puede definir a la disertación como una presentación o exposición sobre determinada temática, basada en un razonamiento estructurado. Su finalidad es, o bien lograr el debate sobre el tema, o la divulgación de información.
A menudo la disertación es considerada un trabajo académico, aunque su carácter es, más bien, complementario, respecto de otros proyectos de mayor extensión. Puede ser tanto escrita como oral. Por lo general, se las utiliza más dentro del ámbito doctoral, en combinación con tesis de posgrado.
En este sentido, las disertaciones no equivalen a la defensa de un trabajo final. Más bien, su función es dar a conocer el contenido de estos de manera no resumida, sino ajustada a un formato conciso. Así, quienes no tengan el tiempo para leer una tesis doctoral de cabo a rabo, podrán acceder al proyecto mediante una disertación derivada de él.
De todas formas, es conveniente recordar que una disertación es válida por sí misma, en tanto tipo de trabajo, y no solo como complemento de otros. En este caso, las disertaciones suelen presentar nuevas perspectivas sobre un tema estudiado, derivadas de un proceso de reflexión.
Por otra parte, al realizarse frente a un público (u orientadas hacia él), las disertaciones llaman a la discusión organizada, orientada a generar nuevos saberes. Es decir, al debate.
Con el fin de aprovechar esta cuestión, es que las disertaciones no solo admiten trabajos ya finalizados. Es común que bajo este formato se presenten proyectos de tesis, de investigaciones, o enfoques novedosos sobre temas ya estudiados.
Características de la disertación
En todo caso, las disertaciones poseen ciertas características que las definen como tipo de proyecto:
- En primer lugar, se realizan en base a un tema que sea de interés para el público. De este modo, la discusión y la difusión están garantizadas.
- El tema, además, suele ser abordado desde una tesis, que contemple la opinión del disertante respecto del tema.
- Busca justificar la importancia de un proyecto realizado o a realizar, así como del estudio de cierta problemática.
- Si bien puede tratar sobre un tema que ya haya sido investigado, en estos casos la disertación debe plantear, igualmente, una novedad. En otras palabras, debe tener un enfoque diferente a otros estudios.
- A diferencia de las exposiciones, con las disertaciones se busca resolver, de manera reflexiva, cierto interrogante.
- No es necesario que tenga una conclusión, depende el caso, pero siempre debe tener un cierre que invite al debate.
- Adicionalmente, en una disertación es posible apoyarse en recursos técnicos (audiovisuales y otros) que ayuden a la transmisión de conceptos. Por ejemplo, PowerPoint, Prezi o presentaciones de Canva. Esto, en el caso de que se exponga de manera oral.
Estructura de una disertación
Las disertaciones tienen, comúnmente, una estructura de cinco partes. Estas se enlazan de manera que, progresivamente, se prepare el (posible) debate posterior entre el público y el disertante.
De este modo, las secciones de una disertación son las que siguen:
- Introducción: En este segmento se explican brevemente cuáles son los principales aspectos del tema a tratar. El objetivo es captar el interés del público. Se plantean, además, las preguntas y el problema de investigación.
- Exposición: Durante esta instancia, se describe la dirección y el enfoque respecto de la temática, que asumirá la disertación.
- Desarrollo: En esta sección se introducen los argumentos que sostienen el proyecto presentado (siempre que lo haya). Por otra parte, también se responde a las preguntas planteadas. Resulta, en consecuencia, la sección más larga del trabajo.
- Aspectos generales: Esta parte de la disertación es una síntesis o resumen de las principales ideas mencionadas. Su función, por lo tanto, es preparar al público (oyente o lector) para el apartado final del trabajo.
- Conclusiones: Al cerrarla, se debe reflexionar sobre lo disertado, antes de dar por finalizada la disertación. Es posible, pero no obligatorio, convocar al debate a través de recursos retóricos.
No obstante, la estructura de una disertación puede variar dependiendo del nivel de estudios al que corresponda. Por ejemplo, solo en disertaciones de doctorados es requerida la conclusión.
¿Cómo hacer correctamente una disertación?
Ahora vamos a comentarte cuáles son las etapas que debes seguir para hacer correctamente las disertaciones de tus proyectos académicos.
Definición del problema
Lo primero que debe hacerse al diseñar una disertación es definir y delimitar un problema en relación al tema a tratar. Seguidamente, debe asumirse una tesis al respecto.
Una vez determinadas estas cuestiones, debe desglosarse el tema en tres grandes preguntas sobre las que se pueda articular el desarrollo de la disertación. Además, estos interrogantes deben servir para especificar la dirección en que ha de abordarse la problemática.
Investigación
La investigación es posiblemente la etapa más importante del trabajo, ya que sin ella no se obtiene la información necesaria para realizar la disertación. Los datos recaudados deben permitir alcanzar las respuestas a los interrogantes planteados desde la problemática. En este sentido, resultan también una buena fuente de sustento para los argumentos que se pongan en juego para desarrollar el trabajo.
Argumentación
La argumentación debe ser ordenada, clara y concisa. En otras palabras: lógica. Como hemos adelantado, se basa en la información que se haya recolectado, idealmente de fuentes originales y constatables.
Esta etapa de la disertación corresponde a su desarrollo. Es recomendable organizarla en torno a las tres “grandes preguntas” relacionadas a la problemática. Para esto, debe responderse con dos o tres argumentos a cada interrogante.
Asimismo, debe garantizarse la cohesión entre preguntas, de modo que se tenga una argumentación razonablemente organizada y no un mero rejunte de argumentos.
Llegó el momento de redactar tu disertación
El último paso en la realización de una disertación es su redacción. En esta etapa, todo el contenido desarrollado durante las fases anteriores debe distribuirse de manera coherente en la estructura del trabajo. Además, la información debe estar jerarquizada, yendo de lo más general a lo particular.
Dos aspectos esenciales a tener en cuenta en las disertaciones escritas son la revisión ortográfica y la inclusión de citas bibliográficas. La ortografía debe ser excelente, después de todo, se trata de un proyecto universitario. Por otra parte, las citas bibliográficas son necesarias para demostrar un buen manejo de fuentes de información confiables y evitar cargos de plagio académico.
Otros puntos a considerar cuando se redacta el texto de una disertación son:
- Dejar establecidos, desde la introducción, el interés y la importancia del tema a tratar.
- En vistas del debate posterior, justificar por qué no se tomaron ciertas cuestiones o problemáticas relevantes para el estudio de la temática.
- Cuidar que la exposición sea metódica y precisa. Después de todo, se supone que las disertaciones no tengan una extensión excesiva.
¿Estás listo para hacer tu disertación?
Todos tenemos una opinión, más o menos producida por todo un proceso de reflexión. Sin embargo, no cualquiera puede defenderla con argumentos bien sostenidos.
Muchas veces, las universidades parecen preferir obviar que los seres humanos no nacemos siendo genios del debate o la retórica. Más todavía, aparentan ignorar que el conocimiento necesario para escribir una buena disertación no es innato ni se aprende por ósmosis.
Encontraste en este post cómo realizar disertaciones y quizás te haya sido de ayuda. Pero solo quizás, porque lo que este artículo (ni ninguno) no contiene es lo más necesario para escribir buenas disertaciones: práctica.
Por si esto fuera poco, al disertar, no cuentan tanto tus conocimientos como tu habilidad a la hora de argumentar a favor de tu tesis. Incluso si tu disertación complementa otro proyecto, más que el trabajo en sí, se evalúa cómo lo defiendes ante un público que ni siquiera lo ha leído. Resulta, sin duda, algo desmoralizante.
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