Aprende cómo hacer la introducción de un ensayo
¿Sabes cómo hacer la introducción de un ensayo? Si la respuesta es no, ¡no te preocupes! En el post de hoy te explicamos qué es y cómo elaborar una buena introducción a un ensayo.
¿Cuál es la definición de ensayo?
Antes de conocer cómo se hace la introducción de un ensayo, es importante que definamos qué es este tipo textual. En este sentido, un ensayo es un escrito breve, de estilo más “libre” y carácter argumentativo, que trata sobre un tema en particular.
Por lo tanto, a la hora de escribir un ensayo universitario, puedes dejar fluir tu creatividad y emplear diversas estrategias discursivas. Es recomendable apelar a recursos literarios, ya que no se trata de un género académico estricto.
Por ejemplo, para abrir la introducción de un ensayo de grados superiores es muy común utilizar la cita textual de algún libro. También se permite la inclusión de recursos como metáforas o analogías para reforzar la postura que se sostendrá respecto del tema tratado.
En este sentido, resulta fundamental que presentes una tesis. Es decir, una idea a la manera de hipótesis que conlleva una perspectiva determinada o punto de vista más personal sobre la temática del ensayo. En función de esta hipótesis, es que se estructura toda la argumentación desarrollada en el ensayo.
En este respecto, los argumentos que incluyas deben ser sólidos y claros. De esta manera y conforme el lector avance en la lectura, podrás persuadirlo de que tu punto de vista sobre el tema es el correcto.
Partes de un ensayo
Empecemos por el principio y veamos cuál es la estructura general de este tipo de texto. Así, resolverás sencillamente la cuestión de cómo hacer una introducción de un ensayo. ¡Toma lápiz, papel y anota lo que necesites!
El esqueleto básico de esta tipología textual es tripartito. Es decir, este tipo discursivo se articula en tres partes principales:
La introducción del ensayo
La introducción de un ensayo es su la sección que le da apertura. Tiene como fin principal llamar la atención del lector. Además, resume de forma breve y concisa de qué va a tratar el ensayo.
Para hacer una buena introducción de un ensayo, se debe buscar responder a las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es el tema del ensayo?
- ¿Por qué se escribe este texto?
- ¿Cómo está pensado el desarrollo del trabajo?
- ¿Cuál es la metodología empleada para la argumentación del ensayo?
El desarrollo de un ensayo
A la hora de escribir el desarrollo de un ensayo, ten en cuenta que este deberá ser el corazón de tu argumentación. Es en esta sección donde se confrontarán los argumentos a favor y en contra de tu tesis.
Por lo tanto, aquí tendrás que poner en juego toda tu creatividad para convencer a tus lectores de que tu opinión es la que vale.
Los argumentos que incluyas deben ser los que mejor sustenten tu tesis. Ahora bien, asegúrate de que estén correctamente enlazados mediante el uso de conectores. No dejes de lado la lógica ni la remisión a fuentes de referencia válidas, a la hora de presentar tus argumentos.
La conclusión del ensayo
Por otra parte, la conclusión es el desenlace del ensayo. En esta sección, incorporarás alguna consideración final en relación con el tema abordado. Además, puedes agregar algún detalle o dato de color que aporte al hilo argumentativo, siempre en defensa de tu tesis.
Por ejemplo, puedes interpelar a tu público a partir de una experiencia personal que se vincule con lo sostenido. También, un fragmento literario es un buen recurso para reforzar tus ideas a través de la voz de otro autor.
Consejos para llevar a cabo la introducción de tu ensayo
Hay otros aspectos a tener en cuenta para hacer una buena introducción de un ensayo, más allá de la estructura de este tipo textual.
En primer lugar, considera que en la introducción presentas el tema del que el ensayo universitario tratará. Cuando lo hagas, procura hacerlo de modo que, sutilmente, el escenario que dibujes sea un argumento más a tu favor. Es decir, la presentación del tema hará que tu tesis parezca la conclusión lógica, ya desde la introducción del ensayo.
También puede resultar útil solo hacer la introducción del ensayo cuando hayas redactado su desarrollo y conclusión. En otras palabras: dejarla para el final. De este modo, podrás dejar bien establecido de qué trata el ensayo y no necesitarás realizar modificaciones posteriores.
Una opción alternativa es redactar la introducción apenas termines de indagar sobre el tema en cuestión. En todo caso, no comiences un ensayo sin tener conocimientos suficientes sobre el tema que trabajarás.
Es conveniente que abordes la temática del ensayo en la primera oración de su introducción. Así, el lector sabrá rápidamente sobre qué versará el texto. Para hacer una buena introducción, prueba diversas variantes de la tesis de tu ensayo. Escoge aquella que resulte más clara y concisa a la hora de expresar tu opinión.
Asimismo, siempre, puedes elegir algún fragmento o cita textual que oficie como apertura de la introducción de tu ensayo, es decir, como epígrafe. Considera que tal cita debe sustentar tu perspectiva sobre el tema del trabajo. Intenta, además, que sea breve: recuerda que el eje del ensayo es tu opinión.
Una introducción acorde al modelo de ensayo
Por otra parte, recuerda que existen diferentes tipos de ensayos, tales como científicos, literarios, expositivos, políticos, etc. La diferencia no radica solo en la temática a tratar ni en su estilo. También se extiende sobre el grado de complejidad, la extensión y el material de los argumentos necesarios para sustentar la tesis. Evidentemente, una buena introducción de un ensayo no será inmune a estas circunstancias.
A la hora de diseñar la introducción de un ensayo influye también su meta. En otras palabras, en qué instancia educativa y para qué institución se lo hace. Esto es, las condiciones específicas y formales de las que no podrá prescindir tu documento. La introducción de un TFG ensayístico no es, evidentemente, similar al ensayo que entregas como cierre de materia. ¡Incluso puede variar según la institución concernida!
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